Vestido largo negro con escote corazón con breteles, entallado hasta la rodilla y falda tipo sirena.

Vestido “La divina”
Autor: Pablo Ramírez
Fecha:  2019
Materiales:  mikado de seda
Donante: Pablo Ramírez
Fotógrafo: Leandro Allochis

Nota:  este vestido forma parte de la colección “La divina”
inspirada en María Callas.
Diseñado para la cantora, actriz y modelo Carolina del Carmen Peleritti en el año 2019.

La génesis de las siluetas de Pablo Ramírez reside en los dibujos que traza cual storyboards desde su actual estudio en la Avenida Santa Fé y comercializa desde una tienda en Ayacucho 1984-  Recoleta-  y otra virtual.

“El principio de todo está en los dibujos, mi abordaje al cuerpo, la  búsqueda de una nueva silueta y el constante rescate de la elegancia”, sostiene a rajatabla el diseñador acerca de la construcción de sus siluetas monocromáticas. 

Forma parte de la generación de diseñadores que emergieron de la Universidad de Buenos Aires a mediados de 1990  oficiaron de jefes de producto en firmas de la industria, devinieron pioneros del movimiento de moda de autor. 

Fotografía del diseñador Pablo Ramírez

En 1993 ganó el  concurso para nuevos talentos instaurado por la firma “Alpargatas” que consistió en una pasantía en París. Un patchwork retrospectivo de sus colecciones,  sinfín de  bocetos y realizaciones de alta costura admite a Casta (2000) un homenaje a las monjas del colegio religioso al cual asistió,  continuó con citas al estilo argentino que alcanzaron el clímax en “Tango” (2001) su colección de camisas de plumeti con cuellos maximalistas y pantalones chupín estilizados con chambergos y velos emulando tangueros rara avis. Tal partido de diseño acompañó a  su participación en  la primera  edición del “Fashion Buenos Aires” y provocó que la mítica editora inglesa Isabella Blow,  lo ovacionara de pie tal como  años antes lo había hecho con el inglés Alexander Mc Queen. Los homenajes al estilo argentino continuaron y ya como gestos políticos: en el invierno 2001 la sublime sastrería negra y blanca rindió homenaje a los héroes y caudillos rescatados de iconos de la publicación infantil Billiken y de los cuadros de escuelas. De ahí que la colección se llamó “Patria”, los  modelos lucieron abrigos militares de paño bautizados tapados Sanmartinianos y un traje de novia etérea,  vestida con metros de seda arrugada emulara a la nación. “Pueblo”, en verano (2002), ahondó ya en homenajes a los uniformes de trabajadores en un país sin trabajo, los estilos indumentarios austeros de los españoles y los italianos arribados a la Argentina a comienzos del siglo veinte.
Pablo Ramírez es además artífice por excelencia de trajes de alta costura y de vestuarios para teatro.